Mensaje del Obispo

Rev. Abelardo Batista

Obispo Asamblea de Iglesias Cristianas

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“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2

Los tiempos presentes nos impelan a una naturaleza contraria, a una insencibilidad espiritual y moral sin precedente.  Los gobiernos confienzan que han perdido el control sobre los valores y la moral que nos hace mejores seres humanos.  Sus leyes recientes sobre temas como el aborto, uso de píldoras anticonceptivas por niñas de 16 años sin necesidad de autorización de sus progenitores, el matrimonio entre parejas del mismo sexo, son evidencia tangible de su impotencia y fracaso ante lo que la sociedad llama “nueva moral” y que se impone caprichosamente, como usurpador, autoproclamándose “derecho humano”.  

Sin embargo, desde el primer siglo de la era cristiana, se nos ha hecho un llamado profético, un llamado a no conformarnos, sino, a transformarnos por medio de la renovación de nuestro raciocinio.  Es un llamado a la comprensión, a comparar, a juzgar los resultados de las acciones, a inducir o deducir las obras basado en lo que enseña la experiencia.  Para que de este modo, y sin lugar a dudas, corroboremos que el designio de Dios no solo es agradable al alma, produciendo paz y felicidad, sino que es perfecto, enteramente completo y compatibles con las necesidades de nuestra naturaleza.

La búsquede del conocimiento de Dios se hace imperiosa en este tiempo.  ¿Por qué?  Porque todo irá de mal en peor.  (Mt. 12:45; 2 Tim. 3:13)  Es necesario retornar a la fuente de vida donde únicamente podremos ser saciados (Jer. 2:13).  El ser humano se ha envanecido en su razonamiento nublando el entendimiento de muchos (Ro. 1:21).  Por esta razón viene el justo juicio de Dios para los que en tales caminos persisten.

No hay libertad ni paz en el desemfreno de una naturaleza humana dañada y corrupta.  Esta naturaleza necesita ser transformada, y esa transformación se dá en una comprensión real de quién es Dios.  Hay que entrar, por tanto, en esa nueva DIMENSION, que no es otra que la obediencia al consejo del que hemos sido objetos a través de su palabra.  

“Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres” (Dt. 4:29-31).